Morir esperando: los niños y niñas de Gaza se enfrentan a retrasos letales de las evacuaciones médicas

Vídeo y audio de las declaraciones de James Elder AQUÍ
GINEBRA, 25 de octubre de 2024 - "Los niños y niñas están siendo evacuados médicamente de Gaza a un ritmo de menos de un niño al día. Si continúa este ritmo letalmente lento, se tardaría más de siete años en evacuar a los 2.500 niños y niñas que necesitan atención médica urgente.
Como resultado, los niños y niñas de Gaza están muriendo, no sólo por las bombas, las balas y los proyectiles que los golpean, sino porque, incluso cuando «ocurren milagros», incluso cuando las bombas estallan y las casas se derrumban y aumentan las víctimas, pero los niños y las niñas sobreviven, se les impide salir de Gaza para recibir la atención urgente que salvaría sus vidas.
Entre el 1 de enero y el 7 de mayo de este año, se evacuó por razones médicas a una media de 296 niños al mes. Desde que se cerró el paso fronterizo de Rafah el 7 de mayo debido a la ofensiva terrestre, el número de niñas y niños evacuados por razones médicas se ha reducido a sólo 22 al mes.
Es decir, sólo 127 niñas y niños -muchos de ellos con traumatismos craneoencefálicos, amputaciones, quemaduras, cáncer y desnutrición grave- han podido salir desde el cierre de Rafah.
Una de las muchas tragedias de Gaza es que las terribles cifras no han conseguido conmover a quienes tienen el poder para actuar. Permítanme entonces compartir con ustedes las historias de algunos de los niños y niñas cuyo futuro está ligado a estas devastadoras limitaciones. Lamentablemente, no son los únicos.
Mazyona tiene 12 años. Cuando dos cohetes impactaron en su casa, la creyeron muerta. No tenía pulso. Sus dos hermanos, Hala, de 13 años, y Mohamed, de 10, murieron.
Mazyona sufrió heridas devastadoras en la cara, casi desgarrada. Los cirujanos han conseguido mantenerla, pero necesita urgentemente una evacuación médica para recibir atención especializada y cirugía ósea. Mazyona también tiene metralla en el cuello. Por supuesto, sufre un dolor inmenso y su estado está empeorando. El platino utilizado quirúrgicamente para reconstruir su rostro está saliendo, y los médicos explican que necesita operaciones fuera de Gaza para salvar su vida. A Mazyona se le ha denegado la evacuación médica en cuatro ocasiones. Las autoridades sugirieron que la evacuación médica podría llevarse a cabo sin que la madre de Mazyona la acompañara. Sin embargo, cuando su padre intentó dar los siguientes pasos, volvió a ser rechazada.
Elia tiene 4 años. Ella, sus padres y sus hermanos estaban durmiendo en su casa de Al Nussirat a principios del mes pasado cuando un proyectil cayó sobre la casa vecina, provocando un gran incendio que se tragó su hogar.
Elia tiene quemaduras de cuarto grado. Le amputaron la pierna. Recientemente, debido a los retrasos en la evacuación médica, los médicos tuvieron que amputar los dedos de su mano derecha. Elia lleva 43 días hospitalizada.
Cuando conocí a Elia a principios de este mes, su madre, Eslam, estaba en la cama a su lado, también con quemaduras de cuarto grado. Ella también necesitaba evacuación médica urgente, tanto por sus quemaduras como por una grave intoxicación sanguínea. Sus heridas estaban cubiertas de hongos. A Eslam se le denegó la evacuación médica. Murió hace dos días, el miércoles.
Desde la muerte de su madre, Elia ha recibido autorización para una evacuación médica. No se ha dado ninguna fecha. Dado el número de casos, es poco probable que se produzca pronto. Los médicos han dicho que temen tener que amputar pronto la mano y la otra pierna si no es evacuada médicamente.
Atef tiene 6 meses. Él está luchando contra un cáncer muscular y sufre desnutrición grave. Atef también tiene un tubo renal insertado debido a complicaciones, lo que empeora aún más su frágil estado. Sin embargo, a pesar de la gravedad de la situación de este bebé, como tantos miles de niños y niñas, la atención médica adecuada está cerca, aunque fuera de Gaza.
El mes pasado, la madre de Atef, Amal, se vio obligada a huir del norte de Gaza, llevando a Atef enfermo en brazos, caminando largas distancias en circunstancias extremas sólo para llegar al hospital Al Aqsa. A pesar de su tamaño, Al Aqsa carece de los recursos necesarios para tratar a su hijo.
Sin hogar al que regresar, Amal se ha instalado en una tienda de campaña cerca del hospital, viviendo en condiciones peligrosas e insalubres. Cada día, el estado de Atef se deteriora, y necesita urgentemente una evacuación médica para acceder a atención especializada. Atef es el único hijo de Amal. Lleva dos meses esperando noticias sobre su solicitud de evacuación médica.
No se sabe cuántos pacientes infantiles han sido rechazados para la evacuación médica. Las autoridades de Israel, que controlan los puntos de entrada y salida de Gaza, sólo facilitan una lista de los pacientes aprobados. La situación de los demás no se comparte. Cuando se rechaza a un paciente, no se puede hacer nada. Atrapados en las garras de una burocracia indiferente, el dolor de los niños y niñas se agrava brutalmente.
Y así, Mazyona, con el rostro destrozado y sus hermanos muertos, o Amal -y su desesperación mientras su hijo muere de una enfermedad tratable- reciben la impensable noticia: «No». Ni tratamiento, ni alivio del dolor, ni escapatoria. Las autoridades israelíes no explican los motivos de las negativas.
Todo esto ocurre en medio de bombardeos incesantes, ya que los hospitales de Gaza han sido diezmados, dejándolos incapaces de atender a la avalancha de pacientes infantiles. El personal médico informa repetidamente de la escasez urgente de productos esenciales como agujas, esparadrapo, crema para quemaduras, líquidos intravenosos y analgésicos, junto con artículos críticos como sillas de ruedas, muletas, audífonos e incluso pilas.
Después de más de un año de intentar arrojar luz sobre las atrocidades que se están cometiendo contra la infancia en Gaza, quizá sea ésta la realidad más clara y condenatoria: a la infancia –niñas y niños profundamente enfermos– se le niega la atención médica que podría salvarlos en Gaza, y luego se les impide salir a lugares donde les espera ayuda. Así pues, se niega a los niños la atención médica, que es un derecho humano básico, y a los que apenas han sobrevivido a los despiadados bombardeos se les condena a morir a causa de sus heridas.
No se trata de un problema logístico: tenemos capacidad para transportar con seguridad a estos niños y niñasfuera de Gaza. No es un problema de capacidad; de hecho, hace unos meses estábamos evacuando a un mayor número de niños. Es, simplemente, un problema que se está ignorando por completo”.
Para colaborar con el trabajo de UNICEF por los niños y las niñas de Gaza: www.unicef.es/colabora/unidos-por/unidos-por-gaza
Acerca de UNICEF
UNICEF trabaja en algunos de los lugares más difíciles para llegar a los niños y niñas más desfavorecidos del mundo. En 190 países y territorios, trabajamos para cada niño, en todas partes, cada día, para construir un mundo mejor para todos
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Elena María Hernández Martínez
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