El silencio, un peligro al que se enfrentan los niños gazatíes

En la Franja de Gaza, la escasez de audífonos, baterías y pilas a causa del bloqueo de ayuda humanitaria hace que miles de niños con discapacidad auditiva lo tengan aún más difícil para sobrevivir. Por suerte, cuentan con tu ayuda a través de Unidos por Gaza.

Los audífonos hacen que el silencio deje de ser una amenaza.

Los audífonos hacen que el silencio deje de ser una amenaza.

Desde hace dos meses, la población gazatí se enfrenta a un bloqueo tan cruel e inhumano que hace que la situación sea insostenible para cientos de miles de familias. Más de dos millones de personas se han quedado atrapadas en la Franja, sin comida, agua, medicamentos o la posibilidad de recibir la ayuda humanitaria que tanto necesitan. Aquellos que han logrado sobrevivir a los bombardeos ahora se enfrentan a la desnutrición, a la aparición de nuevas enfermedades y al sonido del peligro constante. Sin embargo, para unos 10.000 niños y niñas, ese sonido no existe.

Y no es porque no haya bombardeos, ruido de edificios al caer o gritos que alertan a la población para ponerse a salvo, sino porque ellos no los pueden oír. Muchos han desarrollado una pérdida auditiva tan severa que el silencio se ha convertido en una amenaza más, poniendo en riesgo su vida. Sin embargo, incluso en medio del caos, UNICEF está consiguiendo lo que parecía imposible: ya hemos entregado 148 audífonos a los niños que los necesitaban con más urgencia. Una vez más, tu colaboración con Unidos por Gaza lo está haciendo posible.

El pequeño Abdelaziz, de 10 años, prueba por primera vez su audífono.

El pequeño Abdelaziz, de 10 años, prueba por primera vez su audífono.

Si en Gaza un niño no puede oír, no escuchará los bombardeos, las sirenas o los avisos de bomba, pero tampoco podrá escuchar la voz angustiada de su madre cuando le dice que tienen que volver a huir, una sensación de sobra conocida para los hermanos Reem y Abdelaziz. Ambos padecen deficiencia crónica de calcio, una enfermedad que les impide ver y escuchar con normalidad. Por eso, para su madre, la guerra está siendo una auténtica pesadilla, intentando proteger a sus cinco hijos, de los cuales cuatro sufren esta enfermedad.

Como ella misma nos explica, “He pasado muchísimo miedo. Durante los bombardeos, intentaba avisarles de que teníamos que huir, pero no me escuchaban. En una ocasión, hasta acabamos separándonos porque no sabían hacia dónde tenían que ir”. Por suerte, gracias al apoyo de UNICEF, esta familia por fin vuelve a estar reunida.

También se ha ido ampliando el apoyo a la capacidad hospitalaria, con especial preocupación por la atención neonatal, principalmente en el norte.

Toda ayuda cuenta para proteger los derechos de los niños y niñas gazatíes más vulnerables.

El equipo de UNICEF en Gaza ha hecho posible que Mais vuelva a escuchar la voz de su madre.

El equipo de UNICEF en Gaza ha hecho posible que Mais vuelva a escuchar la voz de su madre.

El audífono de Mais, de 9 años, llevaba ya un tiempo sin funcionar. Su padre le prometió que le compraría uno nuevo, sin embargo, esa promesa se la llevaron los bombardeos: murió en la guerra antes de poder cumplirla. Para su madre, que ahora depende de la ayuda humanitaria para poder salir adelante, el audífono que le hemos entregado a su hija ha supuesto un antes y un después. “Yo no podía permitirme comprar uno, ni siquiera sabía dónde encontrarlo. Pero ahora por fin tiene su audífono nuevo y mi hija vuelve a escuchar mi voz”, nos cuenta emocionada.

La sordera de Maryam, en cambio, es de nacimiento, por lo que a pesar de su corta edad siempre ha necesitado ayuda para poder llevar una vida normal. En uno de los bombardeos, la pequeña perdió a su madre y, en la huida, también perdió sus audífonos. Hasta que pudimos entregarle unos nuevos, la niña utilizaba uno que funcionaba a duras penas, lo que le hacía muy difícil seguir las clases del centro de aprendizaje donde la apuntó su tía Suad. “Me enteré de que habían montado un aula improvisada en una tienda de campaña y pensé que era buena idea que Maryam retomara sus estudios, pero siempre volvía diciendo que no escuchaba nada durante las clases”, nos cuenta Suad. ¿Has visto como un pequeño gesto puede llegar a cambiar la vida de los que más lo necesitan?

La pequeña Maryam, con sus nuevos audífonos, podrá volver a clase y escuchar a sus profes.

La pequeña Maryam, con sus nuevos audífonos, podrá volver a clase y escuchar a sus profes.

Según la Oficina Central de Estadísticas de Palestina, la sordera representa en torno al 20 % de las discapacidades que presentan hoy en día los niños en la Franja de Gaza, algo que no nos sorprende en absoluto teniendo en cuenta el estruendo con el que conviven cada día y el daño auditivo que eso les provoca. Con estas cifras, sabemos de sobra que 148 audífonos no son suficientes, así que es nuestro deber seguir demandando un levantamiento del bloqueo que nos permita proteger a todos los niños y niñas con problemas de audición.

Además de realizarles las pruebas correspondientes y de tomarles el molde para que tengan un audífono adaptado, los niños están recibiendo asistencia económica, asesoramiento personalizado y, probablemente, lo que más necesitan: apoyo psicoemocional tanto para ellos como para sus familias. Por tanto, cada vez que te preguntes de qué manera estamos utilizando tu ayuda, queremos que sepas que hacemos todo lo posible para que, en tiempos de oscuridad, la infancia en Gaza encuentre algo de luz.

A pesar del bloqueo, seguiremos haciendo todo lo posible para seguir cumpliendo esas promesas que les permitan vivir con dignidad.