La cooperación internacional para el desarrollo es un instrumento crucial para que los derechos de la infancia se hagan realidad en todos los países del mundo.
Todos los Estados que han ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), se han comprometido a promover políticas dirigidas a alcanzar la plena realización de los derechos de los niños y las niñas fuera de sus fronteras.
La pandemia de covid-19 nos ha demostrado lo que la Agenda 2030 llevaba años tratando de explicarnos: somos interdependientes a nivel global, y sólo podremos lograr el bienestar de todas las personas, y el desarrollo sostenible, garantizando los derechos humanos, protegiendo los bienes públicos globales, luchando contra las desigualdades, y protegiendo el medioambiente.
Es por ello, que la Cooperación al Desarrollo tiene que ser incluida en las prioridades que nos planteemos en el proceso de reconstrucción.
UNICEF España trabaja para promover que los derechos de niños, niñas y adolescentes estén en el centro de los esfuerzos de la Cooperación al Desarrollo, a través tanto de la implementación de proyectos específicamente dirigidos a la infancia, como asegurando que sus derechos son protegidos, promovidos y respetados en todas las intervenciones de la Cooperación.
Reflexiones finales sobre la Cuarta Conferencia sobre Financiación al Desarrollo (FfD4)
Desde UNICEF España queremos dar a conocer nuestras reflexiones finales en torno a la Cuarta Conferencia sobre Financiación al Desarrollo (FfD4).
Puedes descargar el documento que recoge nuestra participación activa, propuestas clave y valoración institucional.
El texto destaca la relevancia del Compromiso de Sevilla y la Plataforma de Acción, que refuerzan el papel del multilateralismo y promueven mecanismos innovadores de financiación para el desarrollo.
Como subrayan José María Vera y María Solanas, vicepresidenta segunda de UNICEF España, “la infancia ha estado presente en la conferencia gracias a la labor de UNICEF y al trabajo de las ONG que defienden sus derechos”.
El documento concluye con una idea central: el desarrollo empieza con la infancia, porque un país que protege, educa y cuida a sus niños y niñas es, verdaderamente, un país desarrollado.