#TheUnescapeRoom, el primer escape room del que no puedes escapar
Un escape room con pruebas pero sin salida. Les llevamos al limite, metiéndoles presión y exigiéndoles cada vez más. El objetivo: ponerles en la piel de un niño trabajador. TheUnescapeRoom.
12/06/2018
¿Cómo ponerse en la piel de los 73 millones de niños que trabajan explotados, a la fuerza, en condiciones extremas y peligrosas? Cómo sentir lo que viven esos niños que trabajan en una mina, respirando aire tóxico, en la servidumbre o en el trabajo doméstico, exponiéndose a todo tipo de abusos.
Cómo empatizar con aquellos que, a pesar de su corta edad, trabajan en el campo, manejando máquinas peligrosas, o en vertederos buscando residuos y chatarra. Con esos niños y niñas que han comprometido su salud, su seguridad, su educación y su futuro para sobrevivir.
La respuesta es: #TheUnescapeRoom. Sin duda alguna, ellos habrían preferido otra vida de haber podido elegir. Querrían ir al colegio o jugar con sus amigos, pero viven una realidad de la que no se puede escapar.
#TheUnescapeRoom: un experimento social
El formato del escape room nos ofrecía la posibilidad de trasmitir la angustia y la desesperación que viven estos niños. Con #TheUnescapeRoom hemos querido que los participantes vivan, de alguna forma, aunque sea una mínima parte, esa experiencia de ser niño y estar atrapado en una realidad tan injusta de la que no puedes escapar.
Diseñamos un Escape Room con pruebas pero sin salida, el único Escape Room que te envuelve en un ciclo sin fin, donde no hay escapatoria posible.
Convertimos la sala de pruebas en una mina de oro en Camerún y los participantes vivieron una pequeña parte del día a día de esos 73 millones de niños. Ellos no sabían que eran parte de una campaña de UNICEF hasta que llegó el final.
#TheUnescapeRoom: ¿cómo se hizo?
La grabación se hizo en Vigo con dos grupos de 5 personas.
Les llevamos al límite de sus fuerzas. Picaron túneles, cargaron sacos, descargaron vagonetas con piedras, cribaron arena, buscaron pepitas de oro en charcos...mientras un capataz les presionaba y dirigía el juego.
Y también al de sus emociones: frustración, claustrofobía e impotencia. Iban pasando de prueba en prueba sin llegar a nada, expuestos a altas temperaturas, a un ruido constante y a los gritos de un capataz que no paraba de exigir.
Exhaustos y dándose cuenta de que estaban dentro de un ciclo donde en realidad no había superación, recurrieron finalmente al botón de emergencia que abría la puerta por la que podían escapar.
Ese fue el momento en el que se activó el vídeo de Asatu, una niña de 11 años que simboliza a esos 73 millones de niños que trabajan en condiciones extremas.
Las caras de los participantes se llenaron de sorpresa, sus respiraciones entrecortadas era lo único que rompía el silencio de la mina, hasta que Asatu habló.
"Vosotros habéis podido escapar en menos de una hora, pero imagina que esta fuese tu realidad todos los días, trabajando 12 horas, sin descanso… Arriesgando tu vida con todo tipo de abusos… Me llamo Asatu, tengo 11 años y a mí me ayudaron a escapar. Pero aún hay 73 millones de niños trabajando en las peores condiciones, explotados. ¿Sigues pensando que solo somos una cifra?", dice.
#TheUnescapeRoom: los participantes
La reacción de los participantes era la clave y uno de nuestros principales retos: ¿cómo reaccionarían al saber que #TheUnescapeRoom no es un juego?
El agobio y la tensión que habían vivido en la mina tanto los participantes como el actor que interpretaba el papel de capataz se convirtió en emoción en cuanto vieron los ojos llenos de verdad de Asatu. Y los suyos, se llenaron de lágrimas.
Lo cierto es que también a los organizadores, guionistas, cámaras que grababan el experimento e, incluso a las compañeras de UNICEF que estábamos allí, nos costó mucho contener las lágrimas. Todos nos habíamos puesto en la piel de los niños y habíamos sentido su angustia y desesperanza.
"Necesitamos sentir para entender", "se te encoge un poquito el corazón", "no podemos quedarnos de brazos cruzados", "gracias por hacerme reaccionar", estas son los testimonios de Marta, Pablo, José, Patricia e Iván. Todos estaban emocionados y no dejaban de darnos las gracias por haber vivido una experiencia tan transformadora.
#TheUnescapeRoom: qué puedes hacer tú
¿#TheUnescapeRoom te ha hecho pensar, te ha hecho vivir el agobio de estar encerrado en un sinsentido del que no puedes escapar? Pues ayúdanos a contarlo. Comparte el vídeo en tus redes sociales para que más personas puedan conocer la experiencia.
Tú puedes ayudarnos a que más gente se dé cuenta de que juntos podemos ser un "botón de emergencia" para que millones de niños puedan escapar.