Niños sirios y sus familias luchan por sobrevivir en Ghouta
Por primera vez en siete años de conflicto, llega un convoy de ayuda humanitaria a la sitiada zona occidental de Ghouta, donde los niños sirios y sus familias luchan por la supervivencia.
El 30 de julio de 2017, UNICEF llevó productos de nutrición, higiene y educación a 7.200 personas como parte del primer convoy de ayuda interinstitucional a la ciudad de Al-Nashabiyeh, en la asedidada zona occidental de Ghouta.
La escala de destrucción y la profundidad del sufrimiento son insoportables. Es difícil imaginar la vida en estas condiciones.
Esto fue lo primero que pensé al llegar a la llamada “buffer zone” (zona de seguridad o protección), a las afueras de la asediada Al-Nashabiyeh, en la parte occidental de Ghouta, en la Damasco rural.
Árboles quemados, escombros y edificios dañados son el escenario de las calles mientras nos adentramos en el pueblo para entregar ayuda como parte de un convoy conjunto entre las Naciones Unidas y la Media Luna Roja Siria. Es la primera ayuda humanitaria en llegar a la zona desde que comenzó el conflicto en Siria, hace siete años.
Niños sirios: la ayuda llega
Acompaño al convoy en mi papel de jefe de agua, saneamiento e higiene de UNICEF Siria. Llevamos suministros de emergencia, alimentos, medicinas, materiales educativos, artículos básicos de higiene, ropa infantil y otros productos de primera necesidad para los niños y sus familias en Al-Nashabiyeh –ayuda para unas 7.200 personas.
Los miembros de la comunidad nos dijeron que de 23 aldeas en la asediada área del occidente de Ghouta, sólo seis son habitables en medio de la violencia y la destrucción. Las familias de la zona viven en constante temor, moviéndose regularmente de un pueblo a otro para escapar de la violencia.
¿Te imaginas estar siempre escapando con tus hijos?
El 30 de julio de 2017, un convoy conjunto entre Naciones Unidas y la Media Luna Roja Siria llevó ayuda humanitaria por primera vez a Al-Nashabiyeh, en la zona sitiada de Ghouta occidental.
“Cuando hay combates, nos movemos y cuando se calman, volvemos”, me dice un hombre, explicando la vida de constantes desplazamientos que los niños y sus familias tienen que asumir cada día.
Niños sirios: la educación pende de un hilo
La mayoría de las escuelas han sido destruidas o dañadas, lo que ha obligado a los niños a abandonar la educación, parcial o totalmente. Algunos de los niños que conocí no han estado en un aula en más de dos años, mientras que otros van a la escuela sólo esporádicamente.
Padres y maestros han trasladado todas las escuelas ubicadas cerca de las líneas del frente a edificios residenciales y sótanos para proteger a los niños y ofrecerles un ambiente más parecido a un día escolar normal. Pero todavía hay una escasez severa de maestros y libros de texto, por lo que es más difícil para los niños a continuar su educación.
Visitamos el único hospital en funcionamiento en Al-Nashabiyeh - o más bien sus restos. Ha sido prácticamente destruido en los combates, y en él sólo quedan unos cuantos doctores para operar en el sótano, proporcionando los servicios de salud más básicos a los niños y sus familias. Carecen de suministros médicos y suficientes trabajadores de la salud, pero hacen lo que pueden para salvar vidas.
Uno de los hospitales destruidos. Los doctores operan en el sótano para brindar atención médica básica a los niños y sus familias.
Niños sirios: el valor del agua
En medio de Al-Nashabiyeh, los hombres y los niños buscan agua para su familia extrayéndola de los pozos con una bomba de mano.
"Sabemos que el agua está contaminada”, me dice un padre. “Solo la empleamos para lavar y limpiar".
Las familias compran el agua potable a un precio siete veces mayor que en otras partes de Siria - 500 libras sirias, o alrededor de un euro, por sólo 20 litros. Este agua potable se filtra utilizando equipos fabricados localmente, lo que significa que no son del todo seguros.
Las familias nos explican que no pueden hervir el agua -lo que sería una alternativa más barata para desinfectarla y poder beberla-, ya que el combustible es caro y muy escaso. Los habitantes de la zona a menudo recogen bolsas de plástico y las queman como combustible.
Niños sirios: sufrimiento y resiliencia
A pesar del grado de escasez y destrucción, la resiliencia de los niños y la determinación a sobrevivir y tener una infancia normal, es impresionante. He oído hablar de una familia de cinco que sobrevivió durante cuatro semanas con unos 20 dólares que ganaron de la agricultura y la venta de sus productos. Éste es a menudo el único medio de la supervivencia para los niños y las familias que viven en Ghouta occidental - un área que fue famosa por producir y suministrar frutas y vehículos a las vecindades de Damasco y sus alrededores.
El alcance y la magnitud del sufrimiento de los niños en el este de Ghouta es inimaginable. La intensa violencia en áreas pobladas como ésta pone en riesgo la vida de miles de niños. Provoca desplazamientos masivos y víctimas civiles. Los hospitales, las escuelas y los patios de recreo han pasado a la clandestinidad por miedo a ser atacados. La falta de alimentos, agua y medicinas coloca a los niños en alto riesgo.
Para poder llevar la ayuda humanitaria que estos niños necesitan con urgencia, debemos tener acceso regular, incondicional y sin obstáculos a todos los niños necesitados, en todas las zonas de Siria, incluidas las zonas sitiadas y de difícil acceso.
En UNICEF trabajamos para ellos, ¡tú también puedes ayudar a los niños de Siria!
La vida de millones de niños sirios está en riesgo
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