Niños sirios: la guerra sigue paralizando su vida
Los niños de Siria siguen pagando el precio más alto de una guerra que ellos no han creado.
En las tierras sin cultivar al sur de la ciudad siria de Daraa, unas 2.500 familias viven en tiendas de campaña y habitaciones de ladrillo repartidas por todo el valle.
"Las intentamos colocar unas lejos de otras para minimizar las bajas en caso de bombardeo", explica un hombre.
Hace 3 meses, los nuevos enfrentamientos en Daraa obligaron a niños y familias a dejar, una vez más, sus casas en la ciudad. Después de 6 años de guerra en Siria, es habitual que las familias afectadas por los continuos ciclos de violencia busquen refugio en campos de cultivo hasta que la paz vuelve a su ciudad.
"Estábamos durmiendo cuando nuestra casa fue bombardeada", dice Sidal, una niña de 9 años que recuerda a la perfección el día que tuvo que salir de su hogar.
"Mi familia y yo nos fuimos inmediatamente y este camión se convirtió en nuestro nuevo hogar", añade mientras mira desde lo alto del vehículo, aparcado en uno de los cultivos.
Nour Al-Huda, la hermana pequeña de Sidal, interrumpe: "No nos gusta estar aquí porque vivimos apretados y hace mucho calor. También da mucho miedo por la noche".
Niños sirios: abandonar sus casas y dejar de estudiar
Además de verse obligados a abandonar sus casas con sus pertenencias, los niños también han tenido que dejar de estudiar.
"El segundo semestre está a punto de acabar y no he ido al colegio desde que empezó", dice Marwa, que con 11 años debería estar en sexto curso. Como muchos niños en Daraa, Marwa ha perdido un año de colegio por la guerra.
"No quiero perder otro año. Ojalá pudiera volver a mi casa y a mi escuela", dice con ansiedad.
Las estancias intermitentes de las familias en estos campos, combinadas con las largas distancias entre estos asentamientos informales, hacen que sea muy difícil establecer servicios sociales básicos, como por ejemplo una escuela.
Hamzeh también comparte la preocupación de Marwa: perder otro año de educación.
"Soy muy bueno en el colegio. Saqué muy buenas notas el pasado semestre. Me encantaría poder volver a casa en Daraa", dice.
Niños sirios: volver a casa, su único deseo
Mientras los niños relatan sus historias, todos tienen un mismo deseo: volver a casa y continuar con sus estudios.
Tras más de 6 años de guerra, 3 millones de niños en Siria han tenido que dejar sus hogares. Niños que tienen que vivir con los traumas físicos y psicológicos de la guerra. Tienen que hacer frente a la realidad de perder sus hogares, de haber sido testigos de los bombardeos o incluso de ver morir frente a sus ojos a sus seres queridos.
Los niños de Siria sigue pagando el precio más alto de una guerra que ellos no han creado. Y siguen pagando ese precio en el presente, pero también lo harán en su futuro.
La vida de millones de niños sirios está en riesgo
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