Niños refugiados y migrantes: ¿por qué se repiten imágenes como esta?

Una imagen ha provocado indignación en las redes sociales. ¡Los niños refugiados y migrantes necesitan soluciones ya!

Esta imagen ha provocado indignación en las redes sociales durante el pasado fin de semana. La instantánea salió de la cuenta de Twitter de Óscar Camps, fundador de Proactiva Open Arms y premio UNICEF 2017. En ella podemos ver algunas de las personas rescatadas por la organización. Y sí, hay muchísimos niños.

"¿Cómo podemos abandonarlos?", se preguntaba Óscar. "No son cifras, ¡son niños!". Miles de retuits y casi un centenar de respuestas demuestran que la gente no puede creer que la comunidad internacional siga sin ofrecer soluciones a los miles de refugiados y migrantes que arriesgan su vida para buscar un futuro mejor. Pero, ¿por qué siguen repitiéndose imágenes como esta?

28 millones de niños refugiados por la violencia 

Los conflictos y la violencia han obligado a 28 millones de niños en el mundo a dejar sus hogares. Son niños que han vivido experiencias que ningún niño debería vivir jamás. Niños que han visto morir a muchos de sus familiares y amigos. Niños que han vivido bajo los bombardeos y ataques demasiado tiempo.

"Cayeron tres proyectiles en nuestro barrio. Vivíamos muy bien con los demás, pero ahora todo está destruido. Ahora cada uno de nosotros está en un sitio diferente", explicaba Mustafa, un niño sirio al que nuestros compañeros de UNICEF en Grecia conocieron en la isla de Lesbos.

Nadie quiere, ni nadie puede, vivir así. Y menos un niño. Por eso muchos deciden emprender un viaje que, aunque a veces es más peligroso que la propia guerra, es la única forma para escapar de ella.

La pobreza ahoga los sueños de los niños

La guerra no es el único factor que obliga a las personas a dejarlo todo. La pobreza y la falta de oportunidades también ahogan los sueños de millones de niños en el mundo. Para las familias, atrapadas en una espiral sin fin, el viaje por el desierto y, después, el temido mar Mediterráneo, es la única salida.

Muchos niños y jóvenes tienen tantas ganas de tener un futuro mejor que emprenden solos el viaje (el 92% de los que llegan a las costas italianas). "En la tele he visto cómo los barcos se hunden y cómo las personas mueren. Pero no tengo miedo. Allí trabajaré como informático para ayudar a mi hermano que está en Senegal", nos contaba Omar en el desierto de Agadez.

Falta de vías seguras para refugiados y migrantes

Las personas que deciden hacer el viaje no tienen nada que perder. Por eso, lo único que se consigue con los cierres de fronteras es que hacer que la ruta sea mucho más peligrosa. Ante la falta de vías seguras, las mafias se convierten en el único recurso, y niños y familias se ven obligados a dejar sus vidas en manos de los traficantes.

"Los traficantes no son humanos. Son monstruos en el pleno sentido de la palabra", nos contaba Mahmoud, un padre sirio que perdió a uno de sus hijos al volcar la embarcación en la que viajaban.