Huracanes en el Caribe: para los niños no hay calma tras la tormenta
Los niños de las islas afectadas por el huracán Irma se enfrentan a sus consecuencias con la vista puesta en los nuevos huracanes que se avecinan en el Caribe.
En la capital de las Islas Turcas, Danessa Estime, de 14 años, escribe rimas de rap sobre la noche en la que el huracán Irma golpeó la isla.
"¡Despierta, despierta!
¿Las 5:32?
¿Por qué me estoy despertando a las 5:32?
Mamá, ¿qué está pasando?
¿Ha pasado algo para despertarnos a las 5:32?
Por fin ha terminado.
El huracán Irma ya pasado".
Puede que el huracán Irma haya pasado pero la temporada de huracanes en el Caribe está lejos de terminar. El huracán María avanza por las mismas islas que sufrieron la furia de Irma.
La fuerte tormenta ha causado graves daños en el este del Caribe, República Dominicana, Haití y Cuba. Las casas, los colegios, los centros de salud y la infraestructura básica se han visto muy afectados. Además, más de 270.000 niños han sufrido las consecuencias de este fenómeno; la gran mayoría de ellos viven en las comunidades más vulnerables. Y ahora se preparan para otro catastrófico huracán.
Huracanes en el Caribe: agua sucia y amarilla
El asentamiento en el que viven Danessa y su familia es una de estas comunidades vulnerables. Parte del tejado de zinc está en el suelo. Colchones, muebles y electrodomésticos están esparcidos por el suelo, mojados y destrozados por las fuertes lluvias.
"He vivido en esta casa con mi madre y mis dos hermanas durante más de 8 años. Ahora parece que la casa está más limpia, pero justo después del huracán todo estaba mojado y destruido", cuenta la hermana de Danessa, Katy Sabrina. "El sistema de agua no funciona, así que tenemos que ir a por agua a un depósito colina arriba. Está sucia y amarilla, así que le tenemos que echar lejía. La estamos usando para lavar y limpiar, pero nos estamos quedando sin agua y no tenemos dinero para comprar agua potable".
Huracanes en el Caribe: "Fue horrible"
A tan solo unos metros de la casa de Danessa y Katy, Renalson, un joven de 11 años, me cuenta cómo la tormenta ha afectado a sus vidas.
"La noche del huracán fue horrible. No estábamos en casa. Todos los niños del barrio durmieron en un refugio. El día después, cuando volvimos a la casa, parecía que un río le hubiera pasado por encima. Tenemos mucho trabajo por hacer: arreglar la casa, limpiar la calle, lavar y secar la ropa... No tenemos suficiente comida y, aunque la tuviéramos, no tenemos sitio para almacenarla", admite Renalson.
A 25 minutos en avión de la capital, se encuentra la isla de Providenciales. Una de las comunidades que más sufrió los efectos de la tormenta se llama Cinco Cayos. La gran mayoría de familias que viven aquí son migrantes hatianos en situación irregular.
Huracanes en el Caribe: los mosquitos acechan
Con solo 5 meses, Recca se sienta en el regazo de su madre en el exterior de su casa. Una nube de mosquitos le rodea. Su madre, Berline, le tapa con una manta para que no le piquen.
"Todo se ha echado a perder desde la tormenta. Hay tantos mosquitos, de día y de noche, que es imposible descansar. Lo que más me preocupa es que mi bebé se enferme", reconoce Berline.
Poco a poco voy viendo familias que tratan de reconstruir sus casas y sus vidas. Cada isla tiene sus necesidades y nuestras prioridades ahora son el agua, saneamiento, higiene, protección infantil y la educación.
Los nuevos huracanes y tormentas tropicales que amenazan el Caribe podrían incrementar el número de niños que necesitan ayuda. Además, todavía no se ha terminado de evaluar los daños.
En UNICEF estamos trabajando en terreno junto a otras organizaciones. Ya hemos enviado más personal y suministros, como pastillas potabilizadoras, kits de higiene, tiendas de campaña y material educativo. ¡Todo para ayudar a los niños y sus familias!