Desnutrición en R.D. Congo:
cuando la paz no sacia el hambre
Los pequeños Shiela y Kalonji volvían a casa tras sufrir las atrocidades de la guerra. Estaban contentos. Lo que quizá no esperaban era encontrarse con un panorama desolador: el hambre y la desnutrición.
17/07/2018
En el corazón de la provincia de Kasai oriental, en República Democrática del Congo (RDC), el territorio de Miabi sufrió las peores atrocidades durante los enfrentamientos entre la milicia Kamuina Nsapu y las fuerzas de seguridad. Situada a 35 kilómetros de la ciudad de Mbuji-Mayi, Miabi tiene 14 áreas sanitarias.
Una de ellas es Boya I, abandonada durante los enfrentamientos, ya que poblaciones enteras tuvieron que buscar refugio lejos de todos los servicios sociales básicos, quedando los niños expuestos a múltiples enfermedades.
A medida que la paz volvía progresivamente a la zona, las comunidades empezaron a volver a sus pueblos, y en UNICEF comenzamos a ayudar en el reasentamiento: renovamos y equipamos el centro de salud, instalamos letrinas y una fuente de agua potable, y dimos tratamiento a los niños con desnutrición aguda grave.
Hace unos meses, la pequeña Shiela sufría desnutrición aguda grave.
A primera vista, la situación se había restablecido en Boya I. La pequeña Shiela, a la que conozco en la puerta de su casa, podría ser un buen ejemplo: durante meses, su madre no tuvo comida suficiente para alimentar a sus tres hijos, y la niña enfermó enseguida, desarrollando desnutrición aguda grave.
Afortunadamente, cuando el centro de salud se abrió de nuevo, Shiela recibió tratamiento y, después de tres semanas de rehabilitación nutricional con alimento terapéutico, mejoró mucho. Ahora come bien y juega de nuevo, como cualquier niño de su edad.
Desnutrición en R.D. Congo: supervivencia amenazada
A unos metros de la casa de esta familia, conozco a un joven padre que está sentado con sus dos bebés en el regazo. La historia que me cuenta es muy diferente de la de Shiela. Con una mirada de frustración me cuenta que sus dos hijos pequeños están desnutridos. Habían recibido tratamiento, pero durante los dos últimos meses su salud se deterioró de nuevo.
Muya nos explica que su mujer está esperando su quinto bebé. Promete que seguirá los buenos hábitos de alimentación desde el nacimiento: lactancia materna en la primera hora tras el parto, lactancia materna exclusiva los seis primeros meses, alimentación complementaria, etcétera. "Solo quiero que mis hijos estén sanos".
Muya con sus dos bebés.
"Los niños están empezando a sufrir otra vez y esto es un grave problema, porque no tenemos más ayuda nutricional, ni leche terapéutica ni nutrientes de sobre", explica Syilvain, enfermera en el centro de salud de Boya I.
Para ilustrar esta situación, Sylvain señala a una madre que está sentada a las puertas del centro de salud con su hijo, Kalonji, en sus brazos. Sylvain nos cuenta que el niño está desnutrido, pero no pueden tratarlo porque no hay suministros.
La madre de Kalonji tendrá que recorrer varios kilómetros hasta llegar a un área sanitaria vecina con los suministros suficientes para tratar a su hijo.
Kalonji sentado en el regazo de su madre.
Vivir en un ambiente pacífico es primordial para el entorno de un niño o niña en sus primeros años de vida. Pero no es suficiente. Son varios más los derechos que se han de cumplir y respetar, y el derecho a una buena alimentación es uno de ellos.
Esperemos que los niños de Miabi, en Kasai oriental, puedan recibir una alimentación completa, para crecer fuertes y sanos. En UNICEF lucharemos cada día, y con tu ayuda, para que así sea.