Conflicto en Siria: 100 morteros más sobre los niños de Alepo

Bombardeos incesantes, ataques indiscriminados, falta de alimentos... La situación empeora para los niños de Siria. Nuestra compañera Hanna Singer nos lo relata desde un Alepo destruido y sangriento.
Niña herida tras un bombardeo en Alepo

"En sólo un par de días han caído casi 100 morteros sobre el oeste de Alepo. Al mismo tiempo, a solo unos pocos metros, presenciamos el bombardeo incesante del lado oriental. Las explosiones iluminan el cielo nocturno y los sonidos de la guerra resuenan en toda la ciudad.

Mis compañeros me dijeron que, durante los ataques, se escondían en baños y sótanos. Dormimos poco aquella noche. A la mañana siguiente, las mismas personas volvieron a trabajar con la misma energía, como si hubiera sido una noche normal.

Pero no siempre consiguen volver a casa. Un voluntario que trabajaba en uno de  los espacios amigos de la infancia apoyados por UNICEF fue asesinado ayer en el oeste de Alepo. Acompañaba a los niños a su refugio después de las actividades de la mañana cuando fue alcanzado por una bala. Ahmed Tawfik tenía 24 años y estudiaba tercero de Economía. Los últimos bombardeos han sido los más intensos en Alepo, incluso según los estándares sirios. 

Conflicto en Siria: más de 15.000 niños desplazados

Unas 31.500 personas se han visto obligadas a desplazarse desde el este de la ciudad en solo 10 días. Según las últimas estimaciones, al menos el 50% de las personas desplazadas son niños.

Visité uno de los refugios para personas desplazadas en Jibreen, a las afueras de la ciudad. Es un gran almacén donde las familias se aglutinan sobre colchones en el suelo, en unas condiciones agravadas por el frío húmedo y penetrante.

Con el ruido ensordecedor de las explosiones y los disparos como banda sonora, los niños que asistían a actividades de apoyo psicosocial compartieron algunas de sus historias. Historias de cómo permanecieron encorvados durante días y semanas en sótanos oscuros y húmedos por miedo a los bombardeos en el este de Alepo, oscuros recuerdos de destrucción y del olor de los cadáveres bajo los escombros.

Conflicto en Siria: niños escondidos en sótanos

Explicaban que estaban felices de estar fuera, de disfrutar del sol y sentir el aire. De ser capaces de cantar y jugar. Pero extrañan a sus amigos, padres y hermanos. Echan de menos sus escuelas, sus libros, sus juguetes. 

Los bombardeos y las explosiones eran implacables y ensordecedores. Los niños se reían de mí cada vez que me estremecía cuando los terribles sonidos de la guerra llenaban el aire. No era una risa real, sino una reacción anormal nacida de la ausencia total de normalidad. Tenían miedo, sobre todo, del sonido de los aviones. 

Una niña de 7 años estaba tan emocionada al ver el pan durante el reparto de alimentos que gritó: "Mira mamá, es pan de verdad".

Después visité Hanano, un barrio en el este de Alepo que las fuerzas del Gobierno recuperaron el 27 de noviembre.

La destrucción allí es masiva. Hay munición sin estallar esparcida por todas partes. Las casas están destruidas, los hospitales también y las escuelas están completamente dañadas, a excepción de dos que todavía se podrían rehabilitar.

Y, sin embargo, la gente sigue volviendo allí para intentar reconstruir sus casas y sus vidas. Sólo quieren volver a su hogar.

Nuestro personal, increíblemente valiente y comprometido, así como decenas de voluntarios y cientos de aliados con sede en la ciudad, están arriesgando sus vidas todos los días intentando apoyar a los niños y las familias de Alepo.

Conflicto en Siria: compañeros que se juegan la vida

Nuestros compañeros trabajan en una oficina que, hace apenas un mes, recibió directamente el impacto de un mortero. Cada vez que salen de casa para ir a trabajar o para visitar programas y refugios, están arriesgando sus vidas. Como me dijo Esraa, uno de mis compañeros, responsable de Salud, “trabajar en Alepo es un acto de amor y de convicción”. 

Lo cierto es que no hay ningún lugar seguro en Alepo. Incluso ir a la escuela puede ser una cuestión de vida o muerte. Siempre me acompañarán las imágenes de los cuerpos de dos hermosas chicas, Hanadi y Lamar, que salieron camino de la escuela una mañana con sus cintas rosas en el pelo. Nunca llegaron. La metralla de un mortero las asesinó durante el trayecto. La mano de Hanadi todavía agarraba los restos de una barra de chocolate.

Este año se han registrado 84 ataques contra escuelas en Siria, en los que han perdido la vida al menos 69 niños y muchos otros han resultado heridos.

En respuesta a los últimos desplazamientos en Alepo, el personal de UNICEF trabaja día y noche para hacer un poco más soportable la vida de los niños

Ya estamos distribuyendo ropa de invierno y agua tanto a los refugios como a aquellos lugares a los que la gente está regresando, como Hanano.

También estamos reparando y manteniendo la red de agua de Alepo para que 1,2 millones de personas tengan acceso a agua potable.

Casi 7.000 niños y madres han podido ser vacunados y las clínicas de salud móviles han examinado y entregado suplementos nutricionales a más de 1.600 niños.

Unos 6.000 niños están recibiendo formación sobre el peligro que entrañan las minas antipersona y servicios de apoyo psicosocial. Estas intervenciones, simples e inmediatas, pueden salvar vidas.

Desgraciadamente la escala de sufrimiento es generalizada. El este de Alepo es una de las 16 zonas sitiadas, donde creemos que cerca de 500.000 niños permanecen atrapados en medio de condiciones cada vez peores.

Todas las partes han hecho uso del asedio. Una parte rodea una zona y trata de matar de hambre a la otra sometiéndola, mientras restringen la circulación de personas, incluyendo enfermos y heridos.

Conflicto en Siria: sobreviven a base de hojas y hierba

Madaya, hogar de 45.000 personas, es otra de las zonas asediadas. La última vez que fui a la ciudad con nuestro equipo me sorprendió lo que escuché. La gente sobrevive a base de hojas y hierba.

Me llevaron a lo que se llamaba el ‘centro de salud’. En realidad, era una habitación en el sótano de una casa. Al adentrarme en la oscuridad, me encontré con la visión de cuerpos tendidos sobre mantas azules en el suelo.

El médico, el único pediatra de la ciudad, me llevó a la única cama. Sobre ella parecía haber dos bultos. Cuando miré más de cerca en la oscuridad, me asusté. En realidad eran dos hombres jóvenes que estaban en los huesos y que entraban y salían de estados de consciencia. 

Ali, de 16 años, se debatía entre la vida y la muerte. Rajia, mi compañera sanitaria, trató de salvarle la vida y resucitarlo bombeando su pecho, gritando 1-2-3, 1-2-3... Pero Ali nos dejó ante nuestros propios ojos. Cuando le cerramos los suyos, escuché un gimoteo. Vi entonces a su familia acurrucada en la esquina. Estaban demasiado débiles para ni siquiera llorar.

Desgraciadamente, el acceso regular a las zonas asediadas ha sido excepcional. Los niños están muriendo porque no se les puede evacuar a 100 metros de distancia para ser tratados. La ayuda humanitaria, con todas las dificultades que acarrea, apenas alivia a los casi seis millones de niños que la necesitan en el país"

Los niños de Siria no se están dando por vencidos y nosotros tampoco podemos hacerlo. UNICEF se compromete a hacer todo lo posible para apoyarlos y ofrecerles oportunidades siempre que podamos.

 
© UNICEF
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Guerra en Siria: los niños necesitan tu ayuda

Más de 8 millones de niños están sufriendo la violencia más extrema, grandes desplazamientos y escasez de recursos básicos como agua, medicinas o alimentos.

En casos de emergencia, una acción humanitaria eficaz, rápida y bien coordinada es fundamental para salvar vidas.

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