4 emergencias silenciosas que no encontrarás en tu 'feed' de noticias
No tan lejos como crees, hay un niño que cena un trozo de pan con agua hervida; hay una bebé de ocho meses cuyo cabello ha perdido el color porque sufre desnutrición y un tercero come una "mantequilla de cacahuete" especial que le está salvando la vida.
21/05/2019
Seguramente no sabrás todo esto porque apenas aparece en los medios, pero mientras lees este post, cuatro emergencias están forzando a millones de personas a sufrir inseguridad alimentaria y decenas de miles de familias están al límite. Han afrontado conflictos, sequías y disturbios, y ahora se enfrentan a la gravedad de la desnutrición.
Cuatro países —Yemen, Somalia, Afganistán y Liberia— viven una crisis de hambre con millones de niños en riesgo de caer en la desnutrición grave. Esto significa que los niños se están muriendo todos los días por algo que se puede prevenir. Y esto es lo que necesitas saber:
Yemen: no solo conflicto
La implacable guerra ha sumido al que ya era el país más pobre de Oriente Medio en una crisis de desnutrición sin precedentes.
La escalada de violencia y la destrucción de los puertos han amenazado la entrega de alimentos y medicamentos, muy necesarios en todo el país, y han llevado a casi 360.000 niños menores de cinco años a tener desnutrición aguda grave.
Un niño muere cada diez minutos en Yemen debido a la desnutrición y otras causas prevenibles.
Salim, de siete meses, sufre la peor parte de la devastación del país. Tiene desnutrición desde que su familia huyó de la violencia en la capital, Sana’a.
Su padre, Mohammed, no gana mucho dinero y lucha por proporcionarle alimentos suficientes a su familia. “Comemos pan con judías porque es todo lo que tenemos", nos cuenta Rahma, la madre de Salim. "Mi marido trabaja en el mercado, gana poco dinero y cada día es una lucha por mantenernos vivos".
Salim es uno de los 346.000 niños a los que desde UNICEF hemos tratado de desnutrición aguda grave. Este año queremos llegar a otros 360.000 niños en Yemen.
Afganistán: no solo sequía
Una sequía de una década en Afganistán ha dejado al país completamente devastado. Más de 13 millones de personas padecen inseguridad alimentaria y sobreviven con menos de una comida al día.
Wahida está constantemente preocupada por sus tres hijos. Su hija menor, Helal, presenta desnutrición aguda y no ha dejado de vomitar y llorar en tres días. "Comemos un trozo de pan con agua hervida", nos explica Wahida. “Y a veces mis hijos se tienen que ir a dormir sin cenar", añade.
En Afganistán, aproximadamente 1,4 millones de niños menores de cinco años necesitan tratamiento para combatir la desnutrición aguda cada año. Desde UNICEF los apoyamos con suplementos como leche terapéutica y suministros de emergencia en los 17 centros de salud de la provincia de Parwan.
Somalia: no solo guerra civil
Zakariya, de 2 años, se encuentra entre los 200.000 niños a los que tratamos contra la desnutrición aguda grave el año pasado. Tuvo una fiebre muy alta durante días y perdía peso rápidamente. "Perdí la esperanza", nos dice Fatuma, su madre. "Pensé que nunca mejoraría".
Cuando Fatuma se enteró de que la clínica que apoyamos desde UNICEF en su campamento ofrecía tratamientos gratuitos de salud y nutrición para niños y mujeres, inmediatamente nos llevó a Zakariya.
Fue admitido de inmediato en un programa de alimentación para niños con desnutrición aguda y, después de tres meses en el programa, que incluía darle de comer la famosa pasta de cacahuetes enriquecida con nutrientes, Zakariya se recuperó por completo y pudo volver con su familia.
Viven en un campamento para personas desplazadas en las afueras de Mogadiscio y cada día luchan por sobrevivir. El cambio climático, la guerra civil y los disturbios esporádicos desde la década de 1980 han devastado el sector agrícola y la infraestructura de salud en Somalia.
Liberia: no solo disturbios
Un tercio de los niños en Liberia sufren desnutrición aguda y medio millón de niños menores de cinco años anemia.
El pequeño Favour tenía mucha fiebre e hinchazón cuando su madre, Edith, lo llevó al hospital. "Nos dijeron que sufría desnutrición y que estaba en peligro. Estaba tan confundida y asustada que no podía levantarme ni podía pensar", nos cuenta.
Gracias a la intervención de nuestros compañeros, Favour se encuentra mucho mejor y su madre está feliz. Todos los días, nuestros compañeros le miden, pesan y le dan los alimentos terapéuticos llenos de vitaminas que necesita.
Nuestros equipos trabajan muy duro en países como estos, que sufren crisis olvidadas, pero sin el apoyo de la comunidad global no podremos llegar a todos los niños que precisan nuestra ayuda. Para muchos, el tiempo simplemente se acaba.
Hay esperanza para los niños en Yemen, Somalia, Liberia y Afganistán, pero necesitamos vuestra ayuda para llevar el tratamiento que necesitan a los pequeños con desnutrición.